
En plena pandemia a mediados del 2021 la situación que se presentaba hizo que Ariel, quien trabajaba en una escuela privada de Villa Pueyrredón, Buenos Aires, tuviera un click y un cambio en la forma de ver la vida, lo mismo en su pareja Mariel que se desempeñaba como psicóloga, el renunció al trabajo y ella aún continúa después de comenzar a recorrer el país con su Fiat Ducato motohorme, eso sí el proyecto obviamente incluía a su pequeña hija Emilia de tan solo dos años en ese entonces.
Con ese sueño plasmado como “Revolución Viajera” llevan más de 20 mil kilómetros recorridos y el martes 29 llegaron a Centenario, les llamó la atención la renovada Plaza San Martín y ahí pararon para por primera vez vender productos como vasos térmicos, tazas y lápices con diseños exclusivos, algo que según dicen les daba algo de vergüenza pero que es necesario para continuar solventando gastos, además ella sigue brindando atención de manera virtual.
En el camino se encontraron en Lago Puelo y el entorno natural con un Mercedes Benz celeste y blanco también motorhome, era La Bondio Argenta como lo llamaron Diego y Valeria, una joven pareja oriunda de Rosario que también hace más de un año decidieron vender todo en su ciudad y armar su casa en cuatro ruedas, pensaron en todos los detalles.

El trabaja con la tecnología y le costó despegarse, pero Valeria trabajaba en comunicaciones y era tedioso continuar en el viaje con esto porque en muchos lugares la señal era compleja por lo que se abocó a cumplir este objetivo de unir Argentina con Alaska. En Centenario también una pareja los recibió y acompañó en su vieja Volkswagen con la que recorren las provincias es que en cada viaje conocen historias algo que antes tal vez no ocurría al momento de viajar, lo mismo con la participación en festivales y fiestas típicas de cada ciudad.

En los próximos días tienen previsto continuar hacia el norte neuquino, les sorprendió el calor que se está registrando en esta época en la región, destacaron la amabilidad de los vecinos al momentos de recibirlos y el pasar las fiestas es algo que también une a los viajeros y un nuevo estilo de vida mucho más tranquilo y alejado de las grandes urbes.
