
La tradicional Casa Pidarello del Casco Viejo de Centenario es uno de los comercios más antiguos de la ciudad y es uno de esos lugares que cuando uno entra es estar en un almacén de ramos generales donde encontrás desde un paquete de galletitas hasta bombachas de campo o las tradicionales alpargatas taba.
Carlos Pidarello y Natividad González atienden el local de calles Antártida Argentina y Darrieux, conocen a cada uno de sus clientes como si fueran de su familia y por esa atención personalizada es que el que fue una vez a comprar siempre vuelve.
Han pasado años difíciles por la pandemia y por la llegada de varios supermercados a la ciudad, pero aún así siguen al frente y como expresó Carlos en diálogo con la FM Red Social 97.9 le buscan la vuelta a los problemas que se pudieran presentar.
Carlos señaló: “Mi papá en el año 49 vino de Italia, trabajó un año de albañil y no le gustó mucho, después se dedicó a hacer mercachifle desde Vista Alegre y Neuquén, en el año 54 abrió el negocio que estoy atendiendo, pero estaba a media cuadra, en el 49 vino el solo y cuando hizo una habitación, la cocina y el negocio vinieron mi mamá y mis dos hermanos, después abrió al público, yo nací en Neuquén y viví toda mi vida en Centenario, mis hermanos eran uno fotógrafo y uno contador público, ellos fallecieron jóvenes, siempre estuve con mi padre me lo pasaba en el negocio cuando iba a la escuela, fui a la universidad y hubo una inflación muy grande en el Rodrigazo y no lo quise dejar solo, lo acompañé el falleció en el 89 y lo continué yo y Naty”.

“Hubo negocios que no pudieron trabajar y eso no estuvo bueno, yo pude trabajar con el protocolo, el alcohol en gel, menos personas a la vez, había tiendas pagando alquiler que no podían abrir” comentó sobre la actualidad.
Sobre las ventas de cara a las fiestas: “Se ha trabajado bien, por ahí se ha trabajado poquito la parte de pan dulce y garrapiñadas, la ropa de trabajo muy bien, los fiambres también, los comestibles un poquito bajaron” expresó y agregó sobre la inflación que hay en el país que ya superó el límite: “Hay gente que no se como se las arregla para vivir, hay semanas que por ahí faltan cosas como las mayonesas, los aceites y en lo textil también porque parece que hay telas importadas y por eso falta en la fabricación” contó.