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Centenario
lunes, mayo 29, 2023

¿Hay una alianza entre el macrismo y Bertoldi en Centenario?


El macrismo y el Frente de Todos, PJ o como se llame en Centenario tienen, desde hace un tiempo, una extraña relación institucional. La banca que hoy ostenta la concejal Valeria Garay está muy lejos de funcionar como una oposición. Más bien, es una suerte de voto que garantiza una “mayoría automática” y un obligado sostén a las decisiones que se toman desde el Ejecutivo Municipal, que preside el intendente Javier Bertoldi.

La concejal se abrió un partido aparte. Se fue de Juntos por el Cambio y conformó el monobloque “Avanzar”, una sucursal del diputado provincial Lucas Castelli. La ruptura, más bien personal, sorprendió a la coalición formada por la Unión Cívica Radial, la Coalición Cívica ARI y el PRO, éste último, el espacio más auténtico, el núcleo duro del ex presidente Mauricio Macri. Pero Centenario es una isla y a nadie parece importarle que una vaca entre en un bazar o un chancho vuele.

“El peronismo y el macrismo trabajan juntos desde que asumió esta gestión. ¿Vos conocés alguna crítica fuerte que haya hecho la concejal al intendente? Nada, es como si fuera una concejal más del peronismo”, dijo a Centenario Digital un conocido operador que conoce muy bien los movimientos de la “rosca política” de la ciudad.

El tema empieza a hacer ruido en todas las ramificaciones que tiene el espacio macrista, que empezó en 2015 con Cambiemos y mutó en 2019 a Juntos por el Cambio y que hoy tiene serias dificultades, desde a nivel nacional hasta las provincias, para rearmarse frente al oficialismo y la coalición gobernante del presidente Alberto Fernández.

En lo local, la concejal Garay llegó en 2019 con 2045 votos (el 8,45%) por Nuevo Compromiso Neuquino, un partido político que integra Juntos por el Cambio y que fue creado por el fallecido y cuatro veces intendente de Neuquén, Horacio “Pechi” Quiroga. Es un sello que hasta donde se sabe lo manejaría Marlene Velásquez, ex esposa del mismo Pechi y su hija, la diputada provincial y hoy precandidata a legisladora nacional en las PASO, Ayelén Quiroga. Es la segunda que acompaña al empresario frutícola Pablo Cervi. Pero con la muerte del líder, ese espacio empezó a resquebrajarse y cada quien hace su propio juego en las sombras ante la falta de claridad en las acciones políticas. Para decirlo más claro: la concejal Garay es una férrea y activa opositora al gobierno de Fernández (lo hace en sus redes sociales), anticuarentena, pero casi condescendiente con las acciones de la gestión Bertoldi, más allá de que algunas de ellas tienen una percepción negativa en parte de la sociedad, que se refleja en las redes sociales. Es que Bertoldi no “ganó holgado” y para imponerse en la victoria de 2019 tuvo que hacer varias alianzas, que hoy paga con creces y el desgaste de la imagen, más allá de los logros de gestión, las cloacas, las obras, el asfalto y el catálogo de acciones que, en pandemia, casi no le importan a la gente que está cada vez más empobrecida y con miedo.

Garay Iba colgada en la misma boleta del radical Mariano Corradi, ex presidente de la Cooperativa Telefónica Centenario (hoy alejado de esa entidad), es hijo de una histórica familia de militantes radicales en Centenario. Un dato: Corradi sacó 1131 votos (4,35%), 904 sufragios menos que Garay. Hubo corte de boleta y el electorado prefirió poner los concejales afines al macrismo y otra boleta para intendente. ¿Habrán sido Bertoldi o el ex intendente Esteban Cimolai los beneficiados con ese infructuoso corte?

El hecho más extraño empezó cuando asumió la gestión y se formaron las comisiones en el Concejo Deliberante. Juntos por el Cambio, que solo tiene una de las 10 bancas fue premiada con la presidencia de una comisión. Y llamativamente, el partido que salió segundo en las elecciones municipales (Somos Centenario con 5798 votos para esa categoría) sacó tres de las 10 bancas, pero no preside ninguna comisión. Todo este episodio fue naturalizado por la concejal Garay que no reparó en el gran beneficio del lugar que le dio el oficialismo peronista, a pesar de haber sido la edil asumida con menos votos. ¿Qué tipo de acuerdo político hubo entre el presidente del cuerpo, Cristian Pieroni y Garay, si es que lo hubo? Es una pregunta que hoy no tiene respuesta, aunque sí indicios llamativos.

Pero quienes ven con otros lentes este esquema de acuerdos son los integrantes dentro del mismo espacio macrista. Por caso, los referentes del PRO en Centenario, compuesto por la familia Morales (Juan Manuel, un activo economista y con llegada a otras esferas de ese partido) y Paola Scrigner, una vecina pionera que se bajó de la lista (le habían ofrecido ir en el mismo lugar que Garay) porque no le habían dado el lugar de candidata a intendenta de la ciudad por Juntos por el Cambio. Un dato de color y hasta curioso. Tanto Garay como Scrigner son dos personas conocidas, hijas de odontólogos, por lo que las referencias vecinales son elocuentes. De todas maneras, son outsiders (los que nos vienen de la política), ninguna viene de una militancia ni trayectoria política personal o familiar.

En el PRO no están muy contentos con el comportamiento de Garay en el Concejo Deliberante, ya que la ven demasiado cerca de los concejales de Bertoldi, sin críticas y aportes constructivos. Un hecho que llamó la atención tuvo lugar en una sesión donde se discutió el tema de los fondos de la obra del Patrimonio histórico y Cultual de Centenario y Vista Alegre, una entidad que recopila historias y documentación de Centenario, cuto edificio no se terminó.

“La verdad es que es muy joven para haberse quemado de esta manera. No sé si se quemó o es el principio para iniciar una cerrera política como aliada a otro partido, con ideas que nada tienen que ver con la lucha contra la corrupción y un país más transparente”, indicó un referente político que conoce la trama interna en el macrismo.

La concejal fue la primera en “llevar el cuchillo” en contra del ex intendente Cimolai, casi con un total desconocimiento del proceso de esa obra y, además, con un grado de locuacidad contra los pioneros (muchos vecinos históricos) para ponerse a favor de la postura del oficialismo. Es decir, en una guerra silenciosa que hay entre el intendente Bertoldi y su antecesor (y persona elejida para la sucesión, el mismo Cimolai.

Tampoco habló de los 63 millones de pesos destinados a la plaza en plena pandemia que, más allá de que los fondos no pueden cambiar el curso del proyecto, tampoco hizo una observación negativa sobre el asunto más bien, ha acompañado los argumentos oficiales.

Centenario parece ser una isla donde alguien tira la bomba atómica y rebota. A todo esto. ¿Qué dirán los peronistas provinciales de los supuestos acuerdos de Bertoldi con el macrismo local? ¿Y viceversa? En el fondo, la política no son las ideas. A veces, son los negocios y la familia.