
Después del cierre del basurero municipal algunas calles de la segunda meseta volvieron a lucir con una gran cantidad de basura de todo tipo que es arrojada prácticamente todos los días. La falta de controles durante décadas permitió que los microbasurales sean una postal en Centenario, no solo en ese sector, sino que también en zonas urbanas.
La continuación de la calle Entre Ríos, cerca del Crematorio, es también utilizada con estos fines y el paso de los vehículos se dificulta, también muchas veces el de vecinos que llevan a sus hijos a la escuela como se observa en la foto y que deben ir esquivando los residuos que cada vez son más.

La solución al cierre del basural por el momento es a través de la solicitud de contenedores según informó el municipio, pero está claro que se trata de ya de un comportamiento de parte de la sociedad centenariense que se acostumbró a tirar basura en cualquier lado al saber que no hay ningún tipo de control de las autoridades.