
En la Escuela N°59 de Centenario el dictado de clases después de las vacaciones de invierno no se pudo reanudar por varios inconvenientes, que en realidad vienen desde meses atrás. Hay calderas que no funcionan correctamente, pizarrones en mal estado y falta de sistema antipánico en las puertas, a esto hay que agregarle que no cuenta con veredas en su acceso y falta iluminación exterior.
Los docentes junto al director Julián San Martín el viernes 30 por la mañana reclamaron afuera del edificio de la calle Nicolás Guillén, colocaron carteles con mensajes referidos a lo que sucede y también entregaron panfletos a los automovilistas.
San Martín comentó que: “Falta el sistema antipánico, tenemos varias puertas trabadas con candados, cerrojos y ante una situación de riesgo no se puede hacer la evacuación del edificio, hace varios años vienen fallando las calderas y el año pasado no se hizo mantenimiento, recién este y dejaron de funcionar y una fue retirada por personal municipal” dijo.

Comentó que es la única escuela de Centenario no tienen vereda y las personas con discapacidad no pueden acceder porque hay un desnivel de 40 centímetros entre la vereda y el portón, hicieron además un pedido al municipio para que arreglen el reductor de velocidad porque la calle Guillén se transforma en una “pista de carreras” definió.
Un total de 500 alumnos son los que asisten a la institución ubicada en el Barrio Vista Hermosa y el desnivel que presenta la vereda dificulta en cada jornada el acceso: “Hay inconvenientes que son de vieja data, esta escuela se construyó y nunca se le puso el sistema antipánico, se construyó en un terreo que se va hundiendo y las puertas se traban” dijo y también relató que el techo fue reparado por trabajadores del municipio como así una pérdida de agua en el ingreso.

Lorena, docente desde el año 2017 en este establecimiento educativo, contó que: “Todos los años es lo mismo, empezamos y por uno u otro motivo hay que suspender las clases, porque el gobierno no hace su trabajo , nosotros venimos con toda la predisposición a trabajar pero si no hay calefacción no te podés quedar, los desayunos son lamentables y no da el presupuesto, veníamos de la virtualidad y cuando retomamos después del receso decidimos no mandar tareas desde la virtualidad porque si vamos a la casa y mandamos naturalizamos que las escuelas estén rotas” indicó.